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Peor sería morirse.

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Hacía mucho que no me pasaba pero ayer volví a quedarme sin aire. Estaba en la cama, quedándome dormida y entró el pensamiento. Llegó sin avisar, se coló. No era una voz cualquiera, era yo misma gritándome:

Pensemos en la muerte, ¿por qué no piensas en la muerte? Sabes que luego no hay nada. ¿Lo sabías? ¿Te habías olvidado? Luego es todo negro. Después no hay nada. ¡Nada! Absolutamente nada. Es como flotar en la inmensidad. Para siempre. Nunca saldrás de ahí. No habrá nada más. Nadie. Nunca. Siempre será así.

La primera palabra que apareció en mi mente me hizo abrir los ojos todo lo pude, como cuando te despiertas de golpe de una pesadilla. Empecé a mandar muchas órdenes a mi cerebro (pobrecito-mío): No pienses. No, mejor. Piensa en otras cosas. Respira hondo. Pero no tanto. Suaaaaave. No llores. Vale. Ok. Pero no llores más.

Eran órdenes tan confusas que mi cerebro no procesó ni una. Intenté mantener la calma sin salir de la cama aunque el pensamiento ya ahí agarrado como una garrapata: si me moría se acababa todo.

Fundido en negro.

Dejé de ir al psicólogo hace casi un año porque los ataques de pánico ya eran casi inexistentes y más o menos habíamos detectado una posible chispa que lo encendía todo. La psicóloga en ningún momento me dio su bendición para dejar de ir cada martes pero yo me creo muy lista y pensé que ya podía ir tirando yo. Sorprendentemente no. La realidad es que nunca he conectado con ninguna de mis psicólogas y siempre deseo calmar rápido al monstruo para poder tomar la decisión de no volver más. No soporto esa sensación de putero que se me queda cuando, todavía cayéndome las lágrimas, tengo que sacar los 50€ y dárselos mientras encima le doy las gracias. A veces ladean la cabecita mostrando empatía pero yo sé que soy una más y con eso no puedo.

No soporto llegar, que me lo saque todo, me ofrezca pañuelos, mire el reloj y darle un par de billetes al irme.

Las dos psicólogas me han hecho la misma pregunta en las primeras sesiones: ¿por qué te preocupa tanto morirte tú y no te preocupa tanto que se muera la gente a la que quieres? después dejan tres segundos de silencio y añaden «…que suele ser lo normal». Esa pregunta me hace sentir bastante mal, incómoda, egoísta… mala persona.

Yo decidí ir al psicólogo hace unos años porque todos los días tenía uno o dos ataques de pánico por lo mismo. Normalmente por la noche estando en la cama casi dormida, pero también en el parque o en la calle al escuchar un simple frenazo. Los pensamientos intrusivos llegaban y al no saber controlarlos porque la bola se multiplicaba cada segundo, entraba en pánico, el corazón iba tan rápido que sentía que se paraba, lloraba tanto que sentía que me iban a explotar los ojos y necesitaba sentarme en el suelo porque no podía mantenerme en pie. Lo que me pasaba, y por lo visto me sigue pasando, es que visualizo perfectamente el momento de después de morirme. Es como estar consciente de que he dejado de vivir. Está todo negro, como una galaxia, es infinito, no hay rincones, no hay fondo ni techo ni suelo. Y yo estoy ahí, esperando volver a vivir y nunca pasa. No hay nadie con quien hablar o que me escuche. Es como un destierro que no me merezco. Y así para siempre.

Creo que no me gusta la noche (con su silencio, la oscuridad, sus calles vacías…) porque me recuerda un poco a morirse, solo que al día siguiente te dan una nueva oportunidad. Estoy fatal de la almendra.

Cuando me dicen «morirse es como apagar la tele, uno no se entera» para mí es como escuchar «tía, no te rayes».

Hasta hace bien poco pensaba que estos pensamientos eran solo algo mío porque «lo normal» supuestamente es tenerle miedo a la muerte que tienes enfrente (de otros) no a la que tienes encima (la tuya), pero al hablarlo y al contarlo me estoy encontrando con bastantes personas (hasta el momento casi todo mujeres) que sufren o han sufrido este miedo a la muerte propia. ¿Será cosa genética de las millennials? ¿Nos faltará alguna pieza importante? ¿Será fruto de nuestras frustraciones vitales? ¿De pequeñas comimos demasiadas Apetinas? ¿Nos habrá afectado seriamente escuchar a David Civera? ¿Habrá sido el vodka de Mercadona? ¿Fue culpa del Fotolog?

Si eres millennial y te da sustito la muerte, bienvenida al club. Ni se te ocurra apagar la luz al salir.

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Una respuesta a “Peor sería morirse.”

  1. Avatar de jueducacion

    No sabes lo mucho que me acaba de tocar tu escrito … un año y pico en terapia por lo mismo…yo «vivenciaba» el momento de la muerte…los ataques de pánico eran horribles, el insomnio, la somatización…todo…
    Una depresión del copón… conseguí «superarlo» con ayuda, mucha, y aquí estoy intentando cogerle la «cola al dragón» cuando parece que quiere despertarse …
    No tengo palabras…joder …
    Gracias, de verdad, por escribirlo…

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